Estos niños fueron muertos por bombas republicanas, pero su memoria no cuenta.

Estos niños fueron muertos por bombas republicanas, pero su memoria no cuenta.
La Segunda República atacó la Basílica del Pilar de Zaragoza varias veces y presumía orgullosa de ello. Vemos aquí como un diario republicano de Gijón lo publicaba sin ninguna muestra de dolor.
Cuando en Zaragoza hablen de memoria histórica recuerden que si la Pilarica y la basílica siguen existiendo es gracias a que los republicanos perdieron la guerra.
El 3 de agosto de 1936 aviones al servicio de la Segunda República lanzaron sus bombas sobre la mismísima basílica del Pilar de Zaragoza. Las imágenes eran un objetivo militar para el Frente Popular. Su odio a los católicos les llevó a este absurdo del que presumía el diario anarquista Solidaridad Obrera.
Milagrosamente… o afortunadamente… una cayó sobre la plaza y las dos caídas en la misma basílica no explotaron y se exhiben en el interior de la basílica.
Ahora, los herederos políticos de los salvajes que lo hicieron quieren que se oculten e incluso comienzan a falsear la historia.
Pues conservemos la memoria histórica de la verdad.
Tras la ocupación de Caspe milicianos republicanos se muestran orgullosos cuando van a atacar la libertad religiosa. En el diario se exhiben con ornamentos religiosos que como ve ponen en una gran pira de fuego. ¿Es nuestro futuro con estos demócratas?
Las iglesias no eran quemadas de forma incontrolada sino con una organización genocida de acabar con los católicos. Una prueba de este proyecto de genocidio es esta imagen publicada por la prensa republicana del incendio de los templos de Caspe.
«La lucha deja breves instantes a la humareda. Antes de procederse a la purificación por el fuego de todos estos cachivaches y monigotes policromados….». Un lenguaje que se parece a los que emplean cargos políticos en la España actual como la Maestre («ardereis como en el 36». Al final no era una broma ni un simple slogan. Al parecer un régimen que quema las iglesias y sus objetos en la plaza y se burla de los objetos sagrados es democrático.
El diario El Mercantil Valenciano de 29/7/1936 publica una nota de la Juta Delegada del Gobierno en Valencia en cuyo texto dice, aunque parezca mentira:
«A los sublevados de Teruel. Están a punto de rendirse los últimos focos de rebeldía. El Gobierno de la República es dueño de la situación. No queráis verter más sangre estérilmente. ¡Rendíos! Envidad emisarios con bandera blanca al encuentro de la columna leal que avanza por la carretera de Valencia y vuestras vidas serán respetada. Parlamentad con ella y nuestra benevolencia será con vosotros. Si intentáis resistir seréis castigados inexorablemente y nos obligareis a bombardear intensamente la población hasta reducirla a escombros«
Esta amenaza probablemente sea de las más antiguas de ataque a población civil de forma indiscriminada, antesala de bombardeos durante la guerra civil y en la Segunda Guerra Mundial sobre población civil inocente. Al parecer para el gobierno republicano la población civil de Teruel no tenía derecho a vivir.
Fíjense que no habla de matar a los sublevados sino de bombardear Teruel intensamente para reducir a escombros LA POBLACIÓN.
Milicianos del ejército republicano en retirada por el avance nacional en el frente de Teruel en mayo de 1938 sacan de casa a la fuerza al labrador José Monforte Iranzo (sin filiación política, 31 años, casado y con dos hijos pequeños) y lo asesinan de un disparo en el pecho. Su cadáver es encontrado el día 5 de mayo por un pastor, encontrándole en el bolsillo un papel que habían dejado para los milicianos que lo asesinaron para la viuda, y que decía: “por emboscado y traidor a la República”.
Todo ello porque pidió quedarse en su casa para poder alimentar a su esposa y sus pequeños hijos de 5 y 7 años.
El 15/8/36 llegaron al tranquilo pueblo de Pitarque los milicianos y obligaron a los vecinos a asaltar la iglesia y quemar los santos en la calle, saqueando también un par de comercios de personas sólo porque los consideraban de derechas (según manifestó el miliciano Miguel Iranzo Sancho).
En iguales circunstancias y fechas es asesinado también allí el campesino de 35 años Luciano Lafuente Herrero.
Causa General 1417-15-15, de Aliaga (Teruel)