Son tiempos en que los enemigos de la antiguamente católica España señorean y la debilitan. Que los que en la Segunda República asesinaban a católicos, sacerdotes, monjas, obispos y quemaban sus templos.
Por ello, un artículo de «El sueco», de Sueca (Valencia) de 1932 nos ayuda a reflexionar por la sensación de abandono hasta de nuestros obispos, que hasta ya cadáveres nos abandonan por intereses políticos.